Antonio Herrera Casado / 27 marzo 2015
Hace ya unos cuantos años, concretamente en el otoño de
1988, viajé a la Unión Soviética con motivo de un Congreso de Escritores de
Turismo. Pudimos entrar entonces en el Kremlin, y tener allí al menos una reunión
con las más altas autoridades de la Unión Soviética, acerca de las formas de
orientar el turismo cultural, del que ellos admiraban la forma en que se estaba
llevando a cabo en España. Con mis buenos amigos Alfredo Villaverde y Jesús
García Perdices, pudimos visitar entonces el Bolshoi (que se caía de viejo), el
mausoleo de Lenin y después de darnos una vuelta por el Metro de Moscú, probar
los exquisitos platos de restaurantes como el Praga o el Georgiano.
En la reunión que mantuvimos en el Kremlin, los responsables
del turismo en la URSS nos mostraron algunos de los lugares e iniciativas que
estaban desarrollando para mejorar el turismo cultural en su país. Y entre
otras cosas, aparecieron allí las imágenes del “Memorial de la Gloria” de la
ciudad siberiana de Bratsk, que había sido inaugurado poco antes, y que se
había convertido en un motivo de peregrinación tuística para los rusos. Pongo
aquí algunas fotos de este monumental memorial en cemento.
El Memorial de la Gloria, en Bratsk /Siberia, Rusia) |
La ciudad de Bratsk es una de las mayores poblaciones de Siberia,
en el centro del continente euroasiático, relativamente cercana a la capital de
la región, Irkust. Hoy cuenta con casi 300.000 habitantes que soportan uno de
los climas más fríos del planeta, pues en invierno la temperatura media es de
25º bajo cero, llegando en ocasiones hasta los -50º C. En verano, sin embargo,
sube hasta los 22-25º C y sus habitantes hasta se animan a bañarse en las aguas
del embalse del Angara, que circunvala la ciudad.
En una gran explanada con vistas a las aguas del río Angara,
que se acumulan sobre la presa que sirve para nutrir la central hidroeléctrica
que en los años 50 se construyó, y que por entonces fue la mayor productora de
energía eléctrica de la Unión Soviética, se alzó en 1975 en el llamado Boulevar
Povièdy el muy popular “Memorial Slavy”, que conmemora los 30 años de la
victoria del ejército popular de la URSS sobre el Reich alemán. Este Memorial de la Gloria fue inaugurado
concretamente el 9 de mayo de 1975, y se levantó en solo dos meses, sufragado
por cuestación popular. Firmaron
la obra como autores el ingeniero Grigory Ganiev y el escultor Yi Rusyns.
Visitando el Memorial Slavy de Bratsk |
Está construido en cemento armado, tiene 26 metros de alto y
semeja dos llamas que se elevan , formadas por bloques modulares paralepípedos ligeramente
descolocados respecto a los inmediatos, con un efecto muy bello. En superficie,
a sus costados, como dos medias lunas, se alzan dos paneles de mármol, en cada
uno de los cuales están inscritos los nombres de los 2.587 habitantes de Bratsk
que cayeron en la Segunda Guerra Mundial. Al exterior del monumento, aparece
esta frase: “Debemos nuestra vida y nuestra iluminada existencia a vosotros. A
todos los que caísteis en la batalla contra el enemigo, en 1941-1945. Gloria a
vosotros, bravos, gloriosos e intrépidos. La memoria de la la gente no muere
nunca”.
Resulta curioso el estilo de este monumento, que tiene
tantas similitudes con el arte constructivista y de estructuras permutacionales
que se desarrolla en esos años en la Europa occidental. El de Bratsk es
hermoso, grandioso, muy bien conjuntadas sus altivas llamas con el marco
inferior que recoge los nombres de los héroes. ¿Esta similitud es mera
casualidad, -me pregunto- o alguien ha copiado a alguien…? Esta es ya una
cuestión para los expertos.
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