Antonio Herrera Casado | 4 Agosto 2024
La llegada a la isla, en el ferry de las TrasMed “Ciudad de Barcelona”, amaneciendo un 5 de agosto, nos deja ver a la izquierda la costa sur de la isla, y pronto sobre la ciudad destacando el castillo de Bellver y el Hotel Valparaiso.
Previamente, el 4 Agosto, domingo, hacemos en Valencia una visita al Ocèanographic, con un calor insoportable y mucha gente, mucho barullo. Una visita un tanto decepcionante, que es preludio del viaje en barco desde Valencia, de donde partimos a las 20:30, pasando la noche durmiendo en el camarote.
El lunes 5 de agosto, llegamos a Palma, y saliendo en coche de las bodegas del gran barco, recorremos la autopista que nos lleva enseguida a Andratx, donde recorremos el pueblo a pie, tras un buen desayuno, y subimos hasta la Creu de la plaza del Pou, bajando luego por la calle peatonal y la plaza Mayor. De allí vamos a Sant Elm, donde nos acercamos hasta el embarcadero que lleva a la isla de Dragonera. Frente al pueblo, otra pequeña isla, la Pantaleu, y después sin prisas bajamos a Port Andratx , donde hemos tomado un refresco en el paseo marítimo, tras haber retratado el entorno, que es tan coqueto, tan mediterráneo, tan turístico de postal “azul y blanca”. Luego hemos seguido hasta Santa Ponsa, que hemos atravesado y hemos subido hasta el mirador de las islas Malgrats, que admiramos al frente, con las montañas mallorquinas al fondo.
Hemos seguido a Magaluf, que hemos visitado en coche, y finalmente hemos llegado a la playa de Palmanova, donde hemos comido en el restaurante La Colmena, en el que el camarero reconoce no saber qué es eso de una colmena. Desde allí continuamos viaje al Hotel Valparaíso, que es nuestro albergue en Mallorca por unos días. A la tarde, y con el calor creciendo, visitamos Palma a medias en Bus Turístico, y a medias andando por la ciudad vieja. El servicio de Bus Turístico en Palma es un desastre, no cumple horarios y lleva un personal mal encarado y borde.
El martes 6 de agosto nos dejamos llevar. Bajando en bus urbano desde el hotel a la plaza de España, hacemos la Ruta en Tren a Soller, y luego en el tranvía de madera hasta Puerto de Soller. Todo se cumple según estaba previsto, muy bonito el viaje en tren a Sóller, muy interesante el viaje en tranvía al puerto, y luego tras la comida de pescados y mariscos, una pasada el viaje en barco hasta Sa Calobra, donde hay mucha gente bañándose, y nosotros estamos solamente media hora para verlo y pasar mucho calor. Espectacular la costa norte de Mallorca con la gran Sierra de Tramuntana al frente, y en lo alto brillando el pico y las antenas de El Puig. Regreso a Palma, y luego Hotel, donde tomamos un vino y luego una ensalada mientras una cantante rememora los años ochenta.
El miércoles 7 de agosto hacemos en nuestro coche el viaje al Norte de Mallorca: en poco menos de una hora llegamos desde el hotel al Puerto de Alcudia, de donde parten los catamaranes que llevan alemanes bronceados hasta las calas cercanas. Después Alcudia, que es pueblo medieval, amurallado, perfectamente conservado, con iglesia monumental, puertas torreadas, y una rambla en miniatura donde a media mañana cae muy bien una cerveza. Desde allí visitamos la playa y el puerto de Pollensa, espectacular de azules y horizontes limpios. Y en el pueblo, tras visitar su breve centro de monasterios, torreones y callejuelas, una comida memorable en la plaza del Ayuntamiento y una subida que es breve y animada, en coche, al monasterio y santuario de la patrona mallorquina, Nuestra Señora del Lluc. Lamentablemente, no pudimos visitar Formentor, y su faro y mirador, como estaba previsto: en estos días del centro del verano la DGT corta radicalmente el paso, con barreras, vigilantes, etc, como si fuera zona militar. Y solo se upede pasar habiendo reservado con antelación.
El jueves 8 de agosto subimos prontito hasta Valldemosa, para llegar los primeros y aparcar cerca del monasterio. Después de visitar la Cartuja y la celda de Chopin Autopista de Ronda hasta la playa de El Arenal, donde comemos en Casa Lucio, el único sitio con comida española, porque el resto es basura norteuropea y norteamericana, recorriendo después la costa hasta llegar a la ciudad de Palma.
El viernes 9 de agosto, tras madrugar y despedirnos del estupendo Hotel Valparaíso, del que porbamos sus piscinasinmensas y su atractivo spa, montamos en el Ferry de la Trasmed para hacer el viaje, diurno, hasta Valencia, donde llegamos siete horas después de hacer una travesía perfecta en un mar en calma, en el que llegamos a divisar, a medio trayecto, y entera, la isla de Ibiza.
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