5 de enero de 2012

Tallin, la perla del Báltico


Vista de la ciudad vieja de Tallin,
desde el castillo de Trompea

Miguel Romero Saiz / 18 Mayo 2011
Capital de la República de Estonia y del Condado de Harju, surgió como un puerto principal en la ruta que unía Europa Occidental con la Rusia Imperial, conociendo su máximo apogeo como ciudad hanseática en plena Edad Media. Ahora, recibe al visitante, ofreciendo hospitalidad, belleza arquitectónica y tradiciones.
“Los caminos existen en la memoria del hombre desde el principio de su existencia.”

Amigos, hay que viajar, sin duda. En cada viaje, el espíritu se dignifica, conociendo cada cultura, los valores de sus gentes y el desarrollo de un sistema experiencial que induce a ofrecerlo a los demás.
Si alguien desease conseguir alcanzar el sosiego placentero en el marco de la belleza natural en esas tierras lejanas del norte de Europa, recrear tu espíritu observando una arquitectura oriental de cúpulas y piedra blanca, entre pequeñas callejuelas, cumpliendo así el objetivo mítico de los dioses del Olimpo que tantas y tantas veces han plasmado los escritores clásicos o, simplemente, fuese expandir tu mirada hacia las costumbres de sus gentes, inmersas en mercados y tiendas de souvenires, en Tallin encontrarías el equilibrio del viajero. Para sentirte feliz, no tendrías más que acercarte a las orillas del Báltico y sin más, recalar en el puerto que duerme a orillas del golfo de Finlandia.

Viajar eleva el espíritu. Es cierto que viajar es cultura, pero no es menos cierto que también se parte de una cultura individual y colectiva, el saber viajar.

Esta ciudad es una de las más bonitas de Europa. Al pasear entre sus múltiples callejas que forma una red radial hacia la plaza, te podrías encontrar con algún Caballero Teutónico de los que dieron vida a su origen como centro militar y naval.
Su puerto, uno de los más importante en la actualidad como núcleo de cruceros del Báltico, fue también una ciudad hanseática fundada en el siglo XV, aunque ya en el siglo XIII apareciera mencionada como cruce de mercancías hacia la Rusia Imperial. Por su situación, ha sufrido la influencia de casi todos los territorios históricos que le rodean, dejando cada uno de ello, su marca o huella universal. Tal influencia sueca, rusa, alemana y danesa, ha permitido crear un ambiente interesante.
Entre el XIV y el XV vivió su mayor esplendor como uno de los núcleos de la llamada Liga Hanseática, permaneciendo casi intacto su casco antiguo. La ciudad se divide en dos partes: La alta para los nobles y la baja para el pueblo.
Hay, por tanto, dos ciudades la llamada Ciudad Baja y la Ciudad Alta.

¿Cómo recorrerla?

Ciudad Baja.

Desde la terminal de cruceros hasta la CIUDAD VIEJA (Vana Tallinn) hay aproximadamente unos 800 metros, por lo que no necesitaremos ningún transporte para desplazarnos hasta el centro, se podrá ir andando tranquilamente.
Al tener poco tiempo para la visita, conviene proponer un recorrido mínimo que nos permita contemplar las principales atracciones de las muchas que tiene esta ciudad.
Entraremos por la calle KAI que nos lleva al centro histórico y veremos un torreón (Fat Margaret) donde podremos disfrutar de las primeras vistas de esta bella ciudad.
Nos adentramos por la calle LAI (Llamada también calle ancha), calle llena de cafeterías, tiendas de regalos y galerías de arte. Por ella, llegaríamos a la iglesia de SAN OLAV (en la Edad Media era el edificio gótico más alto de Europa y se menciona ya en el siglo XIII). Seguimos por esta calle y giramos a la derecha por la llamada calle SUURTUKI hasta llegar a la puerta de la ciudad, desde donde podremos ver el entramado de murallas y torres de esta ciudad, incluso el llamado parque de las Torres para pasear tranquilamente.
Esta entrada a la ciudad está junto a una torre muy ancha que se llama Gorda Margarita, albergando el Museo Marítimo.
Si en lugar de girar por la calle Suurtuki quisiéramos acabar la calle Lai se encuentra el Molino de los Caballos, un pequeño edificio redondo de 16 metros de diámetro que en tiempos era un molino y que lo movían 8 caballos.
El Ayuntamiento de Tallin, en la plaza mayor,
desde el interior de la vieja Farmacia.
Entraríamos a la ciudad por la calle NUNNE y nos dirigiremos a la Plaza del Ayuntamiento, núcleo de la ciudad, donde se encuentra el Ayuntamiento, edificio gótico construido en el siglo XV. Arriba de la torre tiene una veleta llamada Viejo Tomás donde hay un soldado y da el significado personal a toda la ciudad. En la plaza del Ayuntamiento era el lugar donde se realizaban las ejecuciones. En una esquina, contemplar la FARMACIA más antigua de toda Europa, mencionada ya en el siglo XV.

Primera opción: Salimos de la Plaza del Ayuntamiento por la calle SAIAKANG y damos un giro para coger la calle PUHAVAIMU para contemplar el maravilloso reloj en la iglesia del Santo Fantasma, del siglo XIV. Giramos a la derecha por la calle VENE y luego a la izquierda por el típico Pasaje de Santa Catalina donde se encuentra un monasterio dominico. Esta zona y calle tiene un ambiente medieval de gremios artesanales y artistas, estando cerca el llamado patio de los Maestros donde se vende artesanía y piezas de joyería, así como chocolate.

Conviene volver otra vez a la calle VENE y allí siguiendo Vana Turf, Kuninga y Niguliste, llegaremos a la preciosa catedral de Alexander Nevsky de rito ortodoxo, desde donde se puede divisar la torre Dock del XV de 17 metros de diámetro y el famoso CASTILLO DE TROPEEA, uno de los más antiguos y hermosos de Estonia, construido en el siglo XIII, pudiéndolo recorrer y aprovechar sus numerosos miradores.
Actualmente en este castillo está el Parlamento de la República de Estonia y ondea la bandera nacional, adoptada de la que usaron los estudiantes cuando llevaron a cabo su revuelta en 1884: azul, negro y blanco.

* El castillo de Trompea, es una magnífica fortaleza del siglo XIII desde donde se puede divisar las costas, las instalaciones fortificadas y la ciudad antigua. Desde allí se podría bajar a la ciudad antigua por dos calles: la llamada Pierna Larga y la llamada Pierna Corta.

Segunda opción: Hay otra alternativa desde la Plaza del Ayuntamiento. Si cogemos la calle VIRU, calle más comercial de toda la ciudad vieja, se llegará a otra puerta de entrada a la misma llamada como la calle y con dos torres. Cruzándolo empieza la ciudad nueva y moderna con grandes hoteles y centros comerciales. A la izquierda de la misma puerta, hay un mercadillo de ropa de lana tradicional y fuera de la muralla a la izquierda otro mercadillo de artesanía con los precios más bajos. Curiosamente la plaza Viru es el punto cero de la ciudad.

El tiempo será justo, porque deberíamos de tomar alguna buena cerveza y descansar. Pero si se desea se pueden visitar otros importantes puntos de la ciudad.

La catedral ortodoxa de Tallin,
con una pareja de enamorados a sus pies.
Ciudad Alta
En la ciudad alta se llega a la colina de Trompea con dos curiosas calles y la calle escalera llamada Pierna corta. Lo que más llama la atención de la ciudad alta es su CATEDRAL ortodoxa rusa de Alejandro Nevsky con sus cúpulas de cebolla y su ecléctico estilo arquitectónico. En su interior, mosaicos e iconos. Al frente está el Parlamento y el gobierno de Estonia. En Trompea está la catedral de Santa María construida en el siglo XIII y fue la iglesia de los barones alemanes (Es la principal iglesia luterana). Dentro está llena de escudos familiares y tumbas. Hay una curiosa leyenda a la entrada de Don Juan de Tallin.
Como buenos viajeros no podemos dejar de lado, su Gastronomía.
En Estonia se puede probar su comida típica o cualquier tipo de comida occidental. Dentro de lo típico, el pan negro, muy especial y adorado por ellos. Está muy rico. Luego, las ensaladas con patatas de remolacha a lo que son muy dados. No dejar sin probar, los asados, la morcilla, la sopa espesa y el estofado. Todo bien regado con su cerveza ligera de centeno. También tenemos la Estrella Dam. Al final después de comer se dice: “jatcu leiba” que para ellos es como buen apetito aunque significa que “tu pan sea suficiente”.
Hay un licor que es el Vanna Tallin, que se suele tomar después de comer, como aquí tomamos la crema de orujo o de miel.

1 comentario:

  1. Qué gran día en Tallin, Miguel. Guiados por tí, disfrutamos de todos los rincones, altos y bajos, de esta ciudad perfecta, ejemplar, en la que únicamente sentí que la Plaza Mayor, como salida de un cuento, estuviera tan atestada de turistas cruceristas. Por lo demás, perfecto.

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