12 de junio de 2016

Un viaje en el tiempo

Antonio Herrera Casado  /  11 junio 2016

Vengo del palacio del Infantado de Guadalajara. Vengo de su calle mayor, de los jardines del palacio, de La Concordia, del Jardinillo, vengo de saludar gente y más gente. Vengo de disfrutar una tarde veraniega que ha salido redonda. Al fin Guadalajara, hoy 11 de junio de 2016, ha sido una ciudad viva y palpitante, una ciudad con ganas.
Organizado por el Ayuntamiento de la ciudad, y al objeto de empezar a darle vida al palacio de los duques del Infantado, con el objetivo de que sea declarado (cuando corresponda, porque sabemos que esto va para largo) edificio Patrimonio de la Humanidad, se ha montado hoy una gran performance que ha resultado gratísima. Se han revivido las bodas del rey Felipe II de España, con doña Isabel de Valois, princesa de Francia. Cosa que ocurrió realmente en febrero de 1560.

Para ello, y con el esfuerzo y dedicación profesionales de un amplio grupo de actores, de voluntarios, de aficionados y de entusiastas, bajo la batuta de Abigail Tomey, se ha reconstituido lo que pudo haber sido aquel día invernal de hace ya cuatro siglos y medio:
1º llegada de la princesa a la concordia, hoy un bosque verdadero, pero entonces un erial al que se le pusieron ramas para que pareciera un bosque.
2º subida desde palacio hasta la plaza del Mercado (hoy Santo Domingo) de una delegación real, lo más granado de la Corte, y la familia Mendoza al pleno, para recibir a la princesa.
3º Bajada de la comitiva por la Calle Mayor, desde la puerta del Mercado a la plaza ante palacio. El núcleo del cortejo lo forman los varones del linaje Mendoza, a quienes acompañan entre otros el gran duque de Alba, y por supuesto el duque del Infantado y sus familiares. En la plaza mayor, el Concejo se suma y agasaja. Hay danzas populares y contento general.
4º Llegada al palacio y, arriba, en el salón de linajes, boda de Felipe e Isabel, oficiando la ceremonia religiosa don Francisco de Mendoza, a la sazón obispo de Burgos.
5º Banquete de los principales, y asombro de todos. Después, alegría del pueblo en la calle. Al día siguiente, una corrida de DIEZ toros DIEZ, y durante 3 días, comida y bebida para todos, ante el palacio, en la calle mayor, en la plaza del Concejo…

Todo esto se ha reproducido en Guadalajara este 11 de junio de 2016. Con mucha voluntad, con dedicación plena, con un resultado magnífico de colorido y tempus, medido y justo, sin pasarse en nada, sin que nada falte.
Creo que este tipo de fiestas, que son “revivals” de tiempos pasados, sirven para muchas cosas, además de entretener gratis con un espectáculo al pueblo llano. Sirven para indagar mejor en los documentos históricos y conseguir la mayor fidelidad a los hechos. Sirven para interesar a más gente en los anales pretéritos, e interesarse por su historia, sus personajes, sus edificios. ¡Sirve, incluso, para aumentar el interés por los libros y la lectura!

Entre los protagonistas, buenos amigos, como José Luis Matienzo, revestido de caballero cortesano, y José Luis Gómez Recio, impagable en su papel de obispo burgalés. Muchos jóvenes, como cuadra. Gentes de Guadalajara, el grupo teatral que da vida al “Tenorio Mendocino” y Gentes de Pastrana, con su perfecta organización y sus elegantes trajes de época ¡Hasta la Princesa de Éboli” rondaba ayer por el palacio del Infantado.

Este viaje al pasado, tan concreto en el espacio y en el tiempo, tiene un largo recorrido. El impulso que necesita el Palacio ducal de Guadalajara para sder declarado Patrimonio de la Humanidad, pasa obligadamente por actos como este. No hay que olvidar su mantenimiento día a día, pero en eso está el Ayuntamiento comprometido, y ha empezado a hacerlo muy bien. Por de pronto, este verano habrá conciertos, músicas, teatros y performancers casi a diario, en su patio, salones y jardines. Volverá a la vida. Y, por otra parte, este tipo de actos coloristas, de envergadura, que ocupan la ciudad, que congregan a miles de personas, deben mantenerse, acrecentarse, organizarse y darse a conocer. Guadalajara tiene (siempre lo hemos dicho) tanta historia, tantos méritos y tantas posibilidades, que de una vez por todas parece que va a arrancar. Un aplauso muy fuerte, y adelante con los pendones.


A.H.C.

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