13 de marzo de 2022

Por Galicia, pazo a pazo

Antonio Herrera Casado  |  11 marzo 2022

Entre los días 7 al 11 de marzo, de 2022, los amigos y amigas que formamos la Asociación “Arquivolta” para el reconocimiento y apoyo del arte español, hemos recorrido algunos lugares emblemáticos de la Galicia que muestra su arte e historia en formato de pazos. En esos 5 días hemos visitado 5 pazos. De muy diversos tipo, desde los señoriales y aristocráticos, a los sencillos lares de la agricultura y la ganadería básicas. Todos ellos hermanados por un hilo común: el cultivo y protección a la camelia, la flor emblemática de Galicia (llegada a estas tierras desde el Oriente Extremo de China y Japón) que en mil variedades se exhibe y hemos visto.

El primero de los pazos visitados fue el de Oca, en la provincia de Pontevedra. Enraizado en las orillas del río Ulla, tiene más de 6 siglos de existencia. Fundado por señores  como Alvaro de Oca y su hijo Suero, después reconoció el poderío de los condes de Amarante y marqueses de San Miguel das Penas, viendo nacer entre sus muros a los poderosos Gayosos, cuyo escudo mostrando tres peces puestos en palo campean aquí y allá por el pazo. Hoy pertenece a los duques de Medinaceli, que lo han incluido en su Fundación, dejándolo a la visita de quien guste de estos lugares en los que se mezcla el arte y la historia, la naturaleza y las leyendas.


En Oca vemos un gran palacio todo él construido de piedra granítica, con su aneja capilla dedicada a San Antonio, en barroco puro. El pazo tiene aneja iuna zona agrícola, con gran hórreo, pero lo fundamental a contemplar en él son los jardines, de estilo francés, aunque muy variados, con una gran avenida de tilos, huertas aterrazadas y, sobre todo, y en un eje inclinado, los dos estanques a diferente nivel con sendas islas en su centro, que representan barcos de piedra, viviendo en sus aguas cisnes blancos y negros, con una compleja simbología de vida/muerte, todo ello entre bosques de maravillas (bojs recortados con figuras), fuentes, soberbios ejemplares de árboles, y muchas camelias en arbustos y arbóreas. La lluvia respetó nuestra visita, y todos quedamos encantados de haber conocido lugar tan fantástico como Oca.



El plazal delantero del barroco pazo de Oca



El segundo de ellos fue el castillo / pazo de Soutomaior, hoy propiedad de la Diputación de Pontevedra, en el que se da conferencias y se tienen reuniones políticas y culturales. El castillo se conserva como lo levantaron en la Edad Media sus primeros señores, don Paio Méndez Sorrede, señor de Soutomaior, pero lo interesante fue visitar su entorno vegetal. Sus viñedos de espaldar, sus grandes matorrales de diversas especies de camelias, su hórreo también, y sobre todo el conjunto de enormes árboles (secuoyas gigantescas, cipreses japoneses, robles añejos, araucarias y castaños) en medio de praderas inmensamente verdes. Sus últimos propietarios, los ilustrados señores Antonio Aguilar Correa, marqués de la Vega de Armijo, y su esposa Zenobia Vinyals, dieron paso al uso público vendiéndoselo a la Diputación de Pontevedra, que hoy permite su visita.



El grupo de "Arquivolta" en el Castillo-Pazo de Soutomaior



El tercer lugar a visitar fue un pequeño pazo de uso agrícola, “La Saleta”, perdido en los alrededores de A Sobreira, calificado hoy como Jardín de Excelencia Internacional, que es regentado por Blanca Coladas y su hija Silvia, dos animosas gallegas que se lo compraron a los anteriores propietarios, los Gimson, y aún lo han ampliado, cultivando en las 10 hectáreas que componen su parque miles de especies de todo el mundo, y especialmente camelias (aunque vimos también rododendros, magnolias y muchas otras bellezas naturales, en especial los enormes Leptospermum y Callistemom). Nos recibieron amablemente en su casa, que es un humilde pazo labriego, y nos condujeron por escaleras, rampas, vericuetos sin fin, y prados entre los bosques, hasta la altura del palomar, volviendo maravillados de tal variedad de plantas, de tanto color, olor y esplendidez de formas como las que tiene este jardín inglés.



Una espléndida flor del pazo de La Saleta



Cerca de allí, en el cañón del río Tinto, ya provincia de Coruña, a medio camino entre Padrón y Santiago de Compostela, visitamos el cuarto pazo, el llamado de Faramello, invitados por su propietario, el actual marqués de Piombino, de origen italiano, pues fue un tatarabuelo suyo quien fundó. Albergó el pazo la primera fábrica de papel moneda de Galicia, y sirvió algunos veranos para que en él veraneara S.M. el rey Alfonso XIII. Tiene una breve capilla y unas instalaciones de estilo barroco, ejemplares. El entorno es de ensueño, pues entre grandes árboles discurre el río, y junto a él el primitivo Camino de peregrinación desde Portugal a Santiago. Pudimos recorrer un buen trecho del llamado “Camino de la Translatio” por donde fue llevado (según dice la leyenda) el cuerpo de Santiago hasta su definitiva tumba. En el silencio de la tarde, luminosa y brillante tras los aguaceros, se palpa el silencio, y se encuentra uno en lo más recóndito de la Galicia eterna. Con la tranquilidad de sabernos protegidos por un aristócrata que tiene concedido el derecho (hasta ahora jamás ejercido) de entrar a caballo por la Puerta Santa hasta el crucero de la Catedral compostelana. Gonzalo, el actual marqués, nos deja ver el interior del arcón donde guarda los arneses ­–son de oro y plata­– que vestirían al caballo cuando ejerciera su derecho.



El camino de entrada al pazo de Faramello



El último día y como quinta visita, subimos a Betanzos, y tras admirar la plaza de los hermanos García Naveira, sus calles cuestudas, sus soportales húmedos y la tumba del señor de Andrade en la iglesia de San Francisco, nos dirigimos al pazo de Mariñán, que hoy pertenece a la Diputación coruñesa, y visitamos al completo, disfrutando de un momento de sol junto a la ría. Fue en el siglo XV cuando don Gome Pérez das Mariñas, cortesano del rey Juan II de Castilla, levantó esta fortaleza, que luego en el siglo XVIII sus herederos directos la transformaron en un gran palacio barroco, rodeado al sur de jardines de estilo francés, con geométricos parterres, matas de boj y camelias, y grandes arbolotes, entre ellos las esbeltas palmeras que a las orillas del Bergondo suelen crecer. Resuenan las glorias de los linajes de Traba, Altamira, Lemos, Pimentel, Sotomayor, Sarmiento, Ulloa, Osorio, Suárez de Deza, Láncara…



Los jardines franceses del pazo de Mariñán



Un viaje entretenido, variado, e inolvidable. Con un guía, Antonio, de Boiro, sabedor y bien decidor, y una presidenta, Isabel Llamas, atenta en todos los momentos a que nada falle y podamos contemplar y disfrutar de estos cinco gajos –tan sabrosos– de esta Galicia que nunca acaba de conocerse.

 

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