18 de abril de 2015

Viaje al Museo Francisco Sobrino en Guadalajara



Antonio Herrera Casado  /  18 abril 2015

El 30 de marzo de 2015 se inauguraba el Museo “Francisco Sobrino” en Guadalajara. Si en cualquier momento tiene atractivo viajar a la ciudad más septentrional de Castilla-La Mancha, y en ella admirar su colección de piezas arquitectónicas medievales y renacentistas, ahora aumenta ese interés por incluir en el paseo –que puede llevar varios días- la visita al Museo “Sobrino” que se ha construido sobre un antiguo matadero municipal que había quedado obsoleto en el centro de la ciudad.
Con la dirección técnica del arquitecto Pablo Moreno Mansilla, autor del proyecto, y la permanente e inteligente tarea museográfica de Pedro J. Pradillo Esteban, la obra ha conseguido tomar cuerpo, y tras un frontal muy apaisado y sugerente con mezclas de madera y cementos, más el título del museo en grandes letras, se accede al recinto que conserva el aire del antiguo centro industrial: un breve patio central y dos naves alargadas con techumbres de armaduras de madera, que se han pintado de blanco impoluto, y unos exteriores de aparejo clásico alcarreño con sus ladrillos jugosos y sus calizas piedras. En la primera nave, se encuentra la Colección permanente, que ha sido denominada “Sobrino ponderado” y en la que se ofrece un panel con la biografía del personaje, unos cuadros que explican su trayectoria evolutiva, y una amplia representación de su obra gráfica. El visitante encontrará unidad en la obra de este artista, a pesar de la variedad de materiales y colores en que se desenvuelven sus ideas plásticas. Aunque vemos aquí gouaches, acrílicos, cartulinas y metacrilatos, Sobrino trabajó ampliamente los volúmenes escultóricos con hormigón, hierro, aluminio y todo tipo de materiales a los que insufló su original inspiración basada siempre en el constructivismo geometrista.
Tras pasar por un pasillo al fondo, donde aparecen unas litografías valoradas con poemas de Suárez de Puga, y dar un vistazo a la sala oscura donde, tras unas densas y originales cortinas se muestra un video con la obra del artista, que personalmente se expresa en las imágenes, se accede a la segunda nave, que estará dedicada a las muestras temporales, y que desde su inauguración y hasta el próximo 30 de septiembre ofrece una muestra muy completa de su “Obra Arquitectural” en la que aparecen planos, fotografías, maquetas y alguna escultura de su enorme y desperdigada obra. Con esta segunda muestra el visitante queda prendido de la magia de color y formas del alcarreño Sobrino.
Lo que el viajero admira es, singularmente, lo bien que ha sido tratado el viejo y humilde espacio del matadero para ser transformado en este Museo de carácter minimalista, pero que nos parece como un corazón enorme en el que late la fuerza de un artista.
Y lo que finalmente el viajero aplaude, sin reservas, es la excelente tarea de documentación, de análisis, de búsqueda y de selección de obras que (nos consta que con mucho esfuerzo y toda la imaginación del mundo) Pedro J. Pradillo y Esteban ha realizado para dar vida a este museo para el que ha sido difícil allegar obra del personaje al que homenajea, porque murió en 2014, un año antes de su inauguración, y sin dejar claramente estipuladas las obras que en él habrían de mostrarse. Las donaciones de particulares e instituciones, préstamos y grabados, han conseguido formar, en las manos de Pradillo y al fin en sus muros, un completo retrato de la obra de Sobrino. Se ha conseguido, sí, y el resultado solo merece aplausos.
En estos momentos tiene ya Guadalajara un nuevo Museo al que poder dedicar un buen rato, porque entretiene, ilustra y nos entrega el fogonazo de luz y color que nos revela cuánta imaginación cabe, ha cabido siempre, y seguro que seguirá cabiendo, en las gentes de Guadalajara.

A.H.C.


Nota gráfica: el viajero se ha entretenido en captar con su máquina, según pasaba desde la puerta de entrada, por las salas, hasta el último metro cuadrado del museo, algunas estampas que lo ilustran. Y que quieren servir para animar a todos a que vayan a verlo. Disfrutarán.


El patio del Museo.

En el acceso, una composición geometrista y
el retrato de Sobrino por Paula Montávez.

Sala principal del museo dedicada a "Sobrino Ponderado"

Aspectos de la obra pictórica y escultórica de Sobrino.

Imágenes de la escultura en hierro lacado de Sobrino
a la entrada de Guadalajara: Relaciones, 1989.

Sala de exposiciones temporales, ahora dedicada
a la Obra Arquitectural de Francisco Sobrino.

Fuente de luz, 1986. A la salida del Museo.







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