Antonio Herrera Casado - 10 Diciembre 2016
Un viaje a Málaga se puede justificar por muchos motivos. El
primero de ellos, quizás, sea lo fácil que se ha puesto llegar ahora, a través
del AVE desde Madrid, pues no llega a las 3 horas el traslado. El viaje es
cómodo y apenas si te enteras cuando llegas al mar, tras atravesar La Mancha y
la Ajarquía rocosa.
Otro de los motivos es, siempre, el clima. En pleno
diciembre, puedes ir en camisa por la calle, o a lo más con un jersey cuando
cae la tarde. En esta Navidad, además, la iluminación que el Ayuntamiento de la
ciudad le ha puesto a la Calle Marqués de Larios (la Gran Vía malagueña), añade
un acicate más para darse un paseo por ella.
¿Y qué decir del ambiente y los pescaítos de la zona del
Pasaje de Chinitas? ¿O los suculentos ágapes del Chiringuito Tropicana en la
Malagueta?
De todos modos, el objetivo era otro. Era realizar una
aproximación a la nueva esencia cultural de Málaga, una propuesta muy ambiciosa
de diversos y sucesivos equipos de gobierno municipales, y que ya va cuajando.
Hacer a Málaga “La ciudad de los museos”. Para ello se han articulado
conversaciones, ofertas y facilidades. De ahí que en estos momentos sean ya 32
(sí, treinta y dos) los museos que abrten a diario sus puertas. Y se sigue
proyectando nuevos espacios, nuevas ofertas.
Los cuatro grandes de
Málaga
En apenas tres días hemos podido visitar los cuatro grandes,
más alguno de segunda fila, que en todo caso son espectaculares.
El primero es, sin duda, el Museo Picasso de Málaga. Que no es
subsede del de Barcelona, sino un Museo propio hecho con la obra que los
descendientes donaron a la ciudad, cuando esta rehabilitó la casa de Pablo Ruiz
en la plaza de la Merced, y se puso su estatua en bronce, allí sentado. Ocupa
el viejo palacio de Buenavista, construcción del siglo XVI, y muestra casi 300
piezas del arte picassiano, especialmente de su última época. Ahora no, pero
hay épocas en que hay colas para entrar.
El tercero es la subsede del “Centre Pompidou” de Paris, que
se ha construido exnovo el inicio del
Muelle 1 del puerto, camino de “la Farola” malagueña. Obra espectacular de
arquitectura (con un cubo vacío pero forrado de paneles acristalados de colores
que iluminan el subsuelo, donde se ubica el museo) con un contenido selecto del
arte contmeporáneo, viendo allí picassos, tapíes, giacomettis, bacons, etc,
etc….. me gustó muchísimo porque es el primer museo de arte contemporáneo (tan
difícil en cualquier caso, y para cualquier persona, de entender) que junto a
los datos de la obra redacta una explicación de la misma. Una exposición
temporal de arquitectura moderna en París remata esta suculenta visita.
Y el cuarto es, (algo impensable y excepcional) el Museo de
Arte Ruso, subsede del Museo Estatal de San Petersburgo, instalado en un
conjunto de edificios que constituían, desde el siglo XIX, la Fábrica de
Tabacos de Málaga, y que había quedado sin utilidad. Rehabilitado con
delicadeza, sirve para albergar algunos fondos de los miles y miles que el
Estatal de Rusia tiene sin saber dónde poner. Qué lujo de cuadros, de
esculturas, que infinitud de emociones, “Las cuatro Eataciones”, el arte de la
Revolución, Marc Chagall, Cervantes y El Quijote en el Arte Ruso… se pasan las
horas in pensar, y sin cansarse, en su interior.
Todos los museos malagueños tienen (esta es la guinda de los
buenos museos) una tienda estupenda llena de ofertas, de libros, de recuerdos
de todo tipo. La amabilidad de las personas, -chicos y chicas- que atienden
mostradores, que ayudan en todo, que sugieren y explican, es espectacular.
Genial es la palabra.
Y un coda de pintura
Después hubo un hueco para llegarnos, detrás de la Catedral, en la calle de Afligidos, a la casa natal de Pedro de Mena, donde hace diez años se instaló un Museo que no se puede dejar de ver: el "Museo Revello de Toro", con lo más significativo de la obra de este retratista malagueño, que con tanta facilidad manejó los pinceles y dejó plasmados los rostros de mil españoles y españolas. Una gozada.
No teníamos tiempo para más. Nos faltó ver el Museo del
Vino, el del Arte Taurino, o el Automovilístico. Los de las cofradías, los del
Mar….. y, por supuesto, el gran “Museo de Málaga” que se inaugura en el gran
edificio de la Aduana el lunes 12 de diciembre sobre una superficie de más de
18.000 metros cuadrados. Así nos seguramos, y comprometemos, a visitar de nuevo
la capital de la “Costa del Sol” para seguir admirando sus museos. Por lo
pronto, ha quedado claro que su denominación de “Ciudad de los Museos” la tiene
Málaga bien ganada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario