19 de mayo de 2012

Con los sefarditas de Estambul


El autor ante la mezquita azul de Estambul

Antonio Herrera Casado / 17 Octubre 1989

Uno de los alicientes que tienen los viajes por el ancho mundo en el que vivimos, es la posibilidad de contactar con los grupos humanos que, en la distancia, tienen alguna afinidad con nosotros. La reciente celebración del XXXIII Congreso Mundial de la F.I.J.E.T. (Federeration International de Journalistes et Ecrivains de Tourisme) en la República de Turquía, nos ha valido para contactar en profundidad con este interesante país, en el que, aunque parezca difícil, existen algunas cosas que permiten recordar la historia de Guadalajara y aprehender la huella que de un modo u otro sus gentes han dejado extendida por el mundo.
Uno de esos apasionantes temas es el de los sefarditas, los judíos que salieron de España tras el edicto de expulsión de los Reyes Católicos en 1492, y que emigrados en masa hacia Portugal y Marruecos, acabaron por sentar sus reales en la prodigiosa ciudad de Estambul, ya para entonces en poder del Imperio Otomano, pero que los acogió con beneplácito y les permitió continuar plenamente su vida religiosa y sus costumbres.
Los judíos entonces huidos de la Península Ibérica (España fué siempre denominada Sepharad en idioma hebreo) mantuvieron su idioma y sus costumbres en reacción lógica ante una sociedad que, sin ser hostil, era totalmente extraña. Permaneció el idioma castellano de la época, muy poco evolucionado a lo largo de los siglos, acogiendo palabras portuguesas, francesas y turcas, y cuajando de ese modo el "ladino" o "judeo‑espanyol".

La colonia de sefarditas en Estambul llegó a ser de 100.000 individuos a mediados de este siglo, y la creación del Estado de Israel supuso la emigración a ese país de una gran parte de éllos. Pero en Turquía permanecieron los más adinerados y poderosos. Hoy cuenta Estambul (que dicho sea de paso es una de las ciudades más populosas y más hermosas de la Tierra) con una colonia de unos 20.000 sefarditas. Con éllos, con algunos de sus más caracterizados individuos, hemos contactado y charlado acerca de su situación, de su forma de vida y sus anhelos.
El autor con Rebeca "Beki" Bardavid en Crimea
Nuestra referencia primera ha sido con Rebeca Bardavid, de la alcunia de Alburquerque (alcunia en ladino quiere decir origen o apellido, y todos los sefarditas conocen la suya, el lugar de donde salieron emigrados sus antepasados). Rebeca es una mujer inteligente y trabajadora, licenciada en Filología y Lingüística, habla correctamente el turco, el francés, el inglés, el castellano y, por supuesto, el ladino, que aprendió como todos los de su grupo de labios de su madre. Está realizando una tesis doctoral sobre los refranes y "dichas" de los sefarditas turcos, y cuando me enseñó el listado, ya monumental, que ha ido elaborando, creía estar ante el texto de los Proverbios del marqués de Santillana. Ella, sin embargo, no conocía la existencia de don Iñigo Lopez de Mendoza ni de su obra paremiológica. Las obras humanas subyacen y caminan bajo las culturas de forma entre mágica y cierta.
La madre de Rebeca fue una excelente poetisa que dejó algunos libros publicados, todos en ladino. El marido de Rebeca, Salomón Bardavid (hijo de David) es un hombre educado y elegante, de pulida apariencia occidental, que nos cuenta cómo su padre escribió una obra de teatro en la que, también en ladino, y aun en verso, aparecían los Reyes Católicos, Torquemada y sus andanzas allá por el siglo XV. Sus hijas, ya mayores, apenas entienden el ladino y lo hablan con dificultad. Cada vez, ("malorosamente" como dice su madre) están más integradas en la sociedad turca.
Hemos conocido también a Jak Esim, un joven sefardita de alcunia askenase, que se ocupa en recuperar, de la voz de los viejos de su comunidad, las canciones melancólicas que en el hermoso lenguaje ladino aún se cantan. Ha reunido algunas de estas coplas en unas cintas, y dice así presentando una de éllas: "En el 1492, una gran parte de los djudios expulsados de Espanya por ordenes de la Inquisision, se establesieron en el Imperio Otomano, trayendo al mismo tiempo sus kantes en forma de romansas". Lleva 12 años en esta tarea y ha recogido ya 3000 romances profanos y 2500 cantos litúrgicos. Algunos de sus títulos nos hacen recordar la España medieval: "Tu sos una rosa", "Yo era ninya de kasa alta", "Durme durme kerido ijiko", "Por la tu puerta yo pasí", etc. Ellos hablan todavía así, que parece que cantan.
El autor con Rebeca "Beki" Bardavid
y su esposo Salomon Bardavid en Marruecos
Los sefarditas de Estambul mantienen una cohesión fuerte. Tienen un periódico semanal, que se titula Salom (Paz, en hebreo), y en él se publica siempre al menos una página en ladino. En el último número aparecía la crítica a una exposición del pintor y poeta Habib Jerez, conocido en toda Europa, sefardita de Estambul, y los anuncios de las actividades de sus clubes sociales: el "Arkadaslik Yurdu" y la "Asosiyasyon Dostluk Yurdu" mas el coro de Yesua Arroyo. Los nombres de alcunias como Alcalá, Gerona, Tarragona, Zaragoza, Sevilla y Toledo, aparecen por las páginas del periódico, y sabemos de la existencia de algunos miembros de la comunidad que reconocen por su alcunia a Guadalajara e Hita.
Los sefarditas de Estambul están ahora ilusionados con la celebración del "Quinientén", hermosa palabra que usan para designar el quinto centenario de la expulsión de España. Muy unidos a Israel y a los Estados Unidos, tratamos de informarles sobre el programa "Sefarad 92" que pone en marcha el gobierno español para tratar de integrar a todos esos "otros españoles" que andan por el mundo. La verdad es que ignoraban la existencia de tal programa y aun desconfían de que España realmente persiga ese acercamiento a los lejanos e ignorados sefarditas de Estambul.
Ojalá que estas líneas, que al compás de contar un viaje pretenden dar a conocer esos grupos humanos que andan por el mundo y tanto tienen que ver con nosotros, sirvan también para generar entre nuestros lectores el recuerdo, el cariño y el aliento hacia ese grupo de españoles (lo son a pesar de haber transcurrido 500 años desde su "diáspora") que en forma de grupo sefardita habita y alienta con dinamismo en la pluriforme Estambul.

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