15 de diciembre de 2012

Maravillas rupestres en el lugar más idílico de la Sierra de Cuenca: Villar del Humo

Vista general de Villa del Humo, en la Sierra de Cuenca.

Miguel Romero Sáiz / 21 Noviembre 2012

Cuando uno pretende evocar recuerdos nostálgicos, la mente deambula por el laberinto de la subconciencia en busca de aquellos momentos que han dejado huella imborrable de sensaciones infinitas en un mundo que parece irreal por las maravillas de su entorno y por la sinceridad, cuasi placentera, del habitante del lugar.
Hay que llegar a la Sierra de las Cuerdas, junto a la cuenca del río Cabriel, afluente del Júcar, descendiendo por esas muelas que dan vida a las últimas estribaciones de los Montes Universales, camino del Levante, donde la brisa del Mediterráneo empieza a dejar la última impronta.
Ahí está Cuenca como provincia, en esa meseta castellana, cruce de civilizaciones. Y en su parte oriental, entre el camino de Teruel por un lado y el camino viejo de Valencia por otro, te adentras en la llamada Sierra Baja conquense, ilustre por su pasado, temerosa de su presente y acrisolada en el deseo de futuro para encontrar un rincón, bello y acrisolado, el mismo de sus gentes, honradas y humildes, que dan vida a Villar del Humo como población.
Este núcleo, de origen ancestral,  tal vez romano –por eso queda ahí el yacimiento del Castellar-, está ocupado por una fisonomía urbanística de estilo serrano donde su caserío se divierte entre callejas y rincones tradicionales, balconadas de encanto, en hierro o madera, ventanucos y tejaroces, provocando un caserío encalado con viguería externa que le hace espectacular por mantener su más pura raíz fundacional. Allí se yergue esta bella población, casi aislada del mundanal ruido, bendecida por su Virgen del Rosario, pero experta en bonhomía de sus gentes, acostumbradas a sacar “pan del terruño”, cultivando sus huertas y cuidando sus ganados a través de rochos y pastizales.

Su paisaje natural se enmarca en esa riqueza orográfica que origina la presencia de parameras y muelas.
Entre grandes masas de pinares que bailan entre fallas de gran longitud y desnivel que han sido originados por esas pequeñas depresiones que la cuenca de sus ríos ha dado vida, un caserío casi blanco, arrinconado y aislado y que estuvo expuesto a los avatares de la historia. Por eso el Domo de Boniches, como se le llama geológicamente, nos ofrece un anticlinal formado de areniscas y de estructura ovalada generando el hogar más increíble y perfecto para ese complejo rupestre de universal textura.
En ese maravilloso paraje natural –ahora Patrimonio de la UNESCO-, virgen en su contexto más ambicioso, donde el brezo, romero, tomillo, melojo y madroño adornan con altivez sus ondulados cerros que atisban rocosas formas entre el rojizo rodenal de las piedras del Triásico, en su periodo del Devónico, conformadas por cuarcitas grises y verdosas, señoras del territorio , -tal vez los parajes de la Horadada y la Jarosilla-, se yerguen abrigos rupestres de un Arte Parietal Levantino de maravillosa contextura que han hecho de todo su entorno paraíso natural.
Pero el paisaje se enrosca en todo su contenido. Abre espacios en vallejos donde los ríos Mesto y Vencherque te arrinconan en vericuetos entrañables y grandes pinares vuelan sobre mares de helechos gigantes. Un poco más atrás. El río Cabriel con sus meandros y sus ricos yacimientos del Bronce o el otro hermano menor, el río Ojos de Moya, liman las riberas de su jurisdicción, abriendo camino hacia la Moya histórica o bien, hacia las tierras morunas de Valencia.
Aquí, todo parece de ensueño, por eso aquellas rocas rodenas de un color rojizo alternan entre hondonadas y elevaciones montañosas con las otras rocas dolomías, también del Triásico pero es, ese Mesozoico el que como Era nos trasluce a buscar la cuna pictórica de los hombres del Paleolítico Superior. ¿Qué mayor diversidad en tan poco espacio se puede encontrar¡
Puedes llegar desde dos puntos equidistantes. Por la carretera N-420 que nos conduce a Teruel desde Cuenca y que, llegando a Carboneras de Guadazaón, abre desvío hacia Cardenete llevándonos por un zig zagueo maravilloso para llegar a la población sin perdida ninguna. O tal vez, siguiendo su trazado hasta Cañete y luego hacia Landete, pasando por lugares históricos como Boniches o Alcalá de la Vega (la Aquaqla bereber), recorriendo parajes mimetizados con el paisaje y en un desvío excepcional por su trazado, nos lleva a la población, caminando entre huertas moriscas y ricas nogueras que en tiempos le dieron alta fama.

Detalle de las pinturas rupestres de Villar del Humo.


Su complejo rupestre, Patrimonio de la Humanidad.
Un misterioso santuario natural, cuya expresión mística da forma a la Peña del Escrito, gira en torno a un símbolo divino representado en su Torre Balbina, pétrea y altiva, cincelada por los Dioses del Olimpo que sigue dormida en su sueño eterno, mientras centinelas rocosos vigilan el halo profético de sus creadores.
En ese paisaje se encuentra el tesoro pictórico más rico de toda esta vasta meseta castellana, adormilado por los suaves vientos del Mediterráneo. El Complejo Rupestre de la Sierra de las Cuerdas con más de diez abrigos rocosos donde perviven más de trescientas figuras pictóricas como bellísima muestra de ese estilo rupestre parietal levantino, rodean a Torre Balbina y te adentran en el más maravilloso espectáculo de la Prehistoria.

En este complejo artístico aparecen características comunes al resto de complejos limítrofes de todo el Arco Mediterráneo, pero también factores diferenciadores que le hacen único en su concepción metafórica. El posible “Culto al Toro” con más de doce figuras distribuidas por sus abrigos, donde el bóvido aparece en actitud desafiante, poderoso en su expresión, bello en su perfección dicotómica y con un mayor tamaño sobre el resto de las figuras, hacen de este complejo pictórico una excepción.
El color rojo y en algún caso aislado, el blanco, rellenan una variedad de figuras cuyas escenas y planteamientos condicionan uno de los encantos mejor definidos de este arte levantino en ese perceptismo que obliga a huir de una monótona repetición, usual en otros complejos mediterráneos.
Escenas de caza, de baile y adoración, simbolismo mimético, animales sueltos de gran realismo, figuras humanas esquemáticas, trazos superpuestos en elementos de un rojo más vivo, símbolos del tiempo, todo nos abre un abanico cronológico que oscila entre los 8.000 años  y los 1.200 años a. d. C.

Un tesoro en la Serranía Baja. El alma tiene ilusiones como el pájaro tiene alas.
Los conjuntos de Villar del Humo fueron descubiertos en 1917 por E. O, Nelly, ingeniero de montes. El primer abrigo descubierto fue Peña del Escrito, luego Selva Pascuala y la Cueva del Bullón. En 1968, los abrigos de Marmalo y Castellón de los Machos para adentrarnos en el 1979 en el Collado del Toro, Peña del Castellar. Todos tienen su especial significación por la calidad y variedad de sus figuras, pero resaltaríamos el de Selva Pascuala, por condensarse en él, el estudio más completo del proceso pictórico rupestre en elementos e interpretación.
En total, más de doscientas figuras humanas, de animales y esquematizaciones que tiene cinco mil años de antigüedad y pertenecen a dos sociedades distintas que habitaron la zona. El color rojo (óxido de manganeso), en dos variadas tonalidades, alguna figura en el color blanco (caolín) y numerosas digitaciones de óxido ferruginoso, completan el curioso cromatismo de sus paredes rocosas. Sus principales características son la abundancia de animales de estilo naturalista, sobre todo, bóvidos, cérvidos y un curioso jabalí, alguna escena de caza y una posible escena de domesticación de équidos.

Paseo junto al río.


Una apuesta inversora como desarrollo turístico y cultural. La empresa Villatur S.L.L., domiciliada en Carrera, número 11, de la localidad de Villar del Humo (www.villaturcuenca.com), está llevando a cabo una importante y valiente apuesta por revitalizar la zona, aprovechando los importantes y valiosos recursos que la misma presenta, tanto en el recorrido de sus abrigos rupestres, como el conocimiento a aprovechamiento de sus parajes, yacimientos y patrimonio histórico-cultural de una comarca, la Serranía Baja Conquense, un poco olvidada y rica en propuestas de reafirmación turística.
Recorridos en vehículos todo-terreno, visitas guiadas por cada una de las propuestas histórico-rupestres de toda la demarcación territorial de Villar del Humo, así como por las localidades y yacimientos que esta extensa comarca castellana ofrece, hacen de este proyecto un interesante proyecto de desarrollo y revitalización de todo el entorno.
Un complejo de apartamentos rurales de la citada empresa, completan la oferta hostelera en la misma localidad, junto a los espacios de Restauración y Alojamientos privados de la localidad y de la zona.
Castilla La Mancha cuenta con 93 registros en la declaración de la UNESCO, siendo uno de los conjuntos más valiosos, el Parque de Villar del Humo, en cuya declaración ha primado el alto valor de sus figuras y la riqueza natural de su entorno.
Desde el Ayuntamiento de la localidad se ha hecho una importante apuesta de futuro, acondicionando los 27 recorridos, señalizando sus rutas, recuperando la Casa de Selva Pascuala y el Centro de Interpretación de las pinturas, actualmente ubicado en el caserío de la localidad. (Contacto empresa: villaturcuenca@gmail.com o nivelo_73@homail.com y tfno. 680821512)

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